photo Èze, un pueblo medieval que reposa sobre una playa tranquila


 
F.Fillon©

Èze, un pueblo medieval que reposa sobre una playa tranquila

La Riviera Francesa ofrece una diversidad de paisajes que hay que descubrir imperativamente. Tal es el caso de la comuna de Èze, que en francés se pronuncia [ɛz]. El lema de la ciudad es “Isia Moriendo Renascor” que significa: muriendo renazco y su emblema es un fénix posado sobre un hueso.

A tan sólo 12 kilómetros de la ciudad de Niza, se puede acceder a esta comuna en auto o bien utilizando el transporte público:
- Opción 1, el bus número 112 que sale de la estación Vauban en dirección de Mónaco Roqueville, el trayecto dura aproximadamente una media hora y cuesta 1 euro. Esta opción, además de económica permite disfrutar del paisaje y de una vista increíble del mediterráneo. Ojo, el bus va directamente a la estación Èze-village.

- Opción 2, el tren que sale constantemente de la estación de Thiers, el trayecto es mucho más corto, tan sólo 10 minutos y cuesta poco menos de 3 euros. Ojo, el tren llega a la estación Èze-sur-Mer y como su nombre lo indica te dejará a unos pasos de la playa.

La comuna de Èze abarca una aldea costera (Èze-sur-Mer) y una aldea implantada en una zona rocosa y escarpada (Èze-village). Según los historiadores esta comuna ha sido ocupada desde tiempos remotos y las últimas investigaciones lo confirman: la ocupación más antigua data del siglo II a. C, aunque el periodo de mayor actividad se registra entre la época de Augusto y de los Flaviens.



¿Qué visitar?


El encanto de este pueblo son sus construcciones, plazas y sus callejuelas medievales muy bien conservadas y por supuesto la vista increíble del mar. Sin olvidar la Iglesia de estilo neoclásico que data del siglo XVIII y que está dedicada a “Notre-Dame de l’Assomption”, así como la capilla de los “Pénitents Blancs”.

Hay que entrar al castillo “Castellans” que fue construido en la segunda mitad del siglo XII por la familia de Èze a fin de proteger a los condes de Provenza y a los duques de Saboya. Este lugar esconde un jardín exótico con miles de plantas y de esculturas de Jean Philippe Richard.

Y si eres deportista o bien un poco filósofo, puedes aventurarte en el camino de Friedrich Nietzsche, pues según cuenta la leyenda, el filósofo solía caminar del borde del mar hasta la ciudad sobre las rocas, este lugar le inspiró para escribir la tercera parte de “Así hablaba Zaratustra”.

Para hacer este recorrido hay que llevar unos buenos zapatos de caminata, una cachucha para el sol y andar durante unos buenos 45 minutos, la vista es espectacular. Para retomar fuerzas, te aconsejo terminar la caminata con una siesta sobre la playa y un buen chapuzón en el mar claro y tranquilo.

Oceane©

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Vue mer : crédit photo Aseed